De estudiante a Coordinador: una historia de transformación vivida en OET
Escrito por Pablo Muñoz.
Hace ya 8 años y 5 meses, mi profesora de ecología nos comentó a mí y a Georgia que la OET daba cursos de campo buenísimos. Ella fue una de las mejores profes que tuvimos, y darnos cuenta de esto me hizo pensar que quizás sería buena idea aplicar a uno de esos cursos.
Durante toda la carrera, tuvimos la oportunidad de visitar las 3 estaciones en giras de campo, participando en cursos muy variados, desde zoología, ecología aplicada, hasta ecología y fisiología vegetal. Imaginar pasar 6 semanas recorriéndolas sonaba como toda una aventura.
Georgia, Ronny y José decidieron aplicar a la edición de Ecología Tropical y Conservación 2018. Yo todavía estaba indeciso y pensaba en aplicar a un curso similar en inglés (TropBio: An Ecological Approach) para practicar mi inglés y demás. Sin embargo, al enterarme de que mis amigos habían aplicado al curso en español para Latinos, cambié de idea fácilmente y envié mi aplicación alrededor de marzo de 2017.
En esa época, Georgia y yo estábamos en los últimos cursos de nuestro bachillerato en Biología Tropical, con pocos cursos por delante. Nos enteramos de que se iba a impartir un curso de campo más corto en septiembre de ese año, organizado por otra entidad, y por la descripción parecía similar al de la OET. Para nosotros, era una buena oportunidad para prepararnos para el curso de posgrado en el que habíamos aplicado en OET.
Ya había tomado un curso similar a nivel de pregrado en el Smithsonian Tropical Research Institute, y fue una experiencia inigualable a mis 20 años. ¿Qué podría ser diferente en ese curso de septiembre? La lógica me decía que asistir me ayudaría a estar “preparado” para el gran curso en enero, pero estábamos totalmente equivocados…
Esa experiencia en septiembre, aunque no fue mala en sí, no ayudó mucho. La empatía con los otros participantes estuvo muy lejos del currículo, y la relación con los profesores fue escasa. A los 10 días, ambos salimos con un desasosiego tremendo, con el síndrome del impostor por los cielos, y con la noticia de que habíamos sido aceptados en el curso de posgrado en Ecología Tropical y Conservación (ETC18). Lo que aprendimos fue a cómo no hacer o como no abordar varias cosas. Hasta ese momento, nunca me había sentido tan inseguro de una decisión, pero, gracias al apoyo de mis amigos (aunque no sepan, eso fue clave) y de mi mamá, decidí seguir adelante con el proceso.
Y de repente, ya era enero de 2018, y me estaban dejando en el hotel Ave del Paraíso, en San Pedro. La primera persona que vi fue a Alejandro Farji, que venía como profesor invitado. No sabía quién era ese argentino mechudo, que en ese momento me direccionó hacia la recepción… hasta el día siguiente, eso me dio mucha risa.
Éramos 21 latinoamericanos de Perú, México, Bolivia, Colombia, Argentina, Puerto Rico, Costa Rica y Cuba. Todos con una maleta cargada de ropa de campo, inseguridades, aspiraciones e historias distintas… . Desde ese primer día en el hotel, se empezó a sentir una conexión entre el grupo. Aunque quizás esto sea algo que sucede en muchos cursos, siempre digo que el mejor curso de ETC es el en el que uno fue estudiante.
A la mañana siguiente, además de descubrir quién era Farji, conocí a nuestras coordinadoras, Jenny Stynosky y Pati Salerno, y al TA Jimmy Barrantes. Jenny y Pati se encargaron que este curso siguiera brindando la esencia que estos cursos brindan a cada estudiante desde los 60s, dato que no había interiorizado hasta capaz algunos años después de mi participación cuando me incorporé como empleado de OET en el Dept. Académico-Científico (Educación en aquel entonces). Este curso fueron los estudiantes, equipo de coordinación y por supuesto los 21 profesores y profesoras invitadas con quienes compartimos el viaje. Si, debo decir que ha sido de las experiencias más extenuantes que he tenido y exigentes, pero también de las cuales he aprendido más. Esto es un aspecto personal, pero nunca hasta ese momento me había conocido a mi mismo y crecido como después de esas 6 semanas, donde al cabo capaz de una semana aquel miedo e inseguridad que me había abordado desde mediados de setiembre y que acumulé por 3 meses hasta este nuevo curso ahora se veía como un mal sueño, algo pequeño, sin importancia. Este curso me hizo querer seguir haciendo las cosas que hago hasta el día de hoy. Ahora tengo el privilegio de poder escribir este texto sentado desde la Oficina de la OET como Coordinador de Educación, luego de haber sido TA varias veces del mismo curso y haber empezado a trabajar tiempo completo hace ya 4.5 años. Hoy en la mañana justamente contesté un correo de mi amigo Eze Vaderhoeven (compañero de ETC18) sobre un financiamiento que ganó desde su laboratorio que no solo le permitirá volver a Costa Rica para continuar su investigación, sino también ofrecer un curso innovador de campo en el área de la parasitología y que organizaremos en conjunto desde OET y la Universidad de Brown a donde Eze está asociado.
Estoy orgulloso de decir que estas experiencias no son aisladas únicamente al curso ETC, sino que la viven los estudiantes del curso de Sistemática de Plantas Tropicales, Helechos y Licófitos, TropBio, Ecología de Mariposas…la receta está clara, el modelo de educación OET funciona.
Contacto graduate@tropicalstudies.org